El río Duero conduce sus aguas hacia el oeste y en su entorno se despliegan poblaciones con un fértil recorrido histórico y también legendario. Castillejo de Robledo es una de esos núcleos que creció fortificado junto a la frontera que delimitaba el río entre reinos y califatos medievales. Hoy la localidad conserva esa posición limítrofe, esta vez entre provincias; estamos en el extremo occidental junto a territorios segovianos y burgaleses.

Un paisaje de roquedos blanquecinos entre bosques de sabinas ofrecen al caserío tradicional madera y piedra para la construcción, mimetizándose en una simbiosis perfecta en el valle que abre el arroyo de la Nava. La agricultura de cereal y viñedo y la ganadería han sido sustento de los habitantes de esta tierra que erigió castillo y dos edificios religiosos en época románica: la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la ermita de los Santos Mártires.