La penúltima parada es Celleno, un pequeño pueblo rodeado de exuberantes colinas, bosques frondosos y campos verdes. Cuenta con encantadoras casas de piedra, callejones empedrados y una iglesia medieval perfectas para pasear.

Celleno también es conocido por su rica tradición agrícola y gastronómica, con productos locales frescos y deliciosos platos regionales. Los amantes de la naturaleza pueden explorar los senderos que serpentean a través de los campos y bosques circundantes.

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