TRAMO 4: Oda a la naturaleza

Etapa 5 – Hacia la cuna de Dalí
De Banyoles a Figueres. 34 km
Después de ver amanecer en el lago de Banyoles, disfrutamos del kayak y el baño en sus aguas. Seguimos hasta Besalú para conocer su legado judío y finalizamos nuestro recorrido en Figueres para seguir los primeros pasos de Dalí.
Amanecer en Banyoles
El lago de Banyoles, situado a medio camino entre las cumbres de los Pirineos y las amplias llanuras del Empordà, nos da los buenos días con un hipnótico amanecer de colores rosáceos sobre sus aguas. A primera hora solo estamos nosotros y los ornitólogos que se han acercado para fotografiar algunas de las especies protegidas por la Red Natura y el convenio RAMSAR, que calificó este humedal como Zona Húmeda de Importancia Internacional.
Kayak en el lago
La mañana discurre sin prisas navegando en kayak por ese acuífero formado hace más de 250.000 años. El silencio de nuestra embarcación a remos nos permite avanzar sin asustar a las garzas, cigüeñas y ánades, que atienden sus quehaceres sin que parezca importarles nuestra presencia. Tras la navegación nos acercamos a una de las pesqueras que salpican las orillas del estanque. Estas pintorescas construcciones de los siglos XIX y XX ejercieron como almacén para los aperos de pesca y como casetas de baño para la rica burguesía local. Para emular a aquellas elegantes damas y señores decimonónicos, aprovechamos para darnos un chapuzón en una de las áreas habilitadas para ello.
El legado judío
Desde Banyoles, la carretera discurre entre pinares hasta la noble villa de Besalú, donde vemos el magnífico puente románico sobre el río Fluvià, uno los emblemas de la Catalunya medieval. El núcleo histórico y el call jueu, el barrio sefardita del siglo XIII que todavía conserva su sinagoga y su micvé, están en un extraordinario estado de preservación. Por la tarde continuamos nuestra ruta hasta Figueres, la ciudad natal del genio Salvador Dalí. Cenamos en una de las terrazas de la Rambla en cuyas cafeterías pasó largas horas dibujando el Dalí adolescente. En una de ellas, el café Emporium, el pintor surrealista y su amigo Luís Buñuel escribieron el guion del cortometraje Un Perro Andaluz.










