TRAMO 5: Del surrealismo al modernismo

Etapa 4 – Senderismo en el Montseny
De Hostalets d’en Bas a Viladrau. 81 km
El perfil del Collsacabra marca los primeros kilómetros de un día en el que seguiremos al río Ter para ver el patrimonio industrial de Manlleu, probaremos los embutidos de Vic y pasearemos por los exuberantes bosques del Montseny.
Pueblos del Collsacabra
Son tantas las opciones para conocer la Garrotxa, desde el aire en globo, a pie o en bicicleta junto a los volcanes, siempre con buenos productos autóctonos en la mesa, que nos prometemos volver mientras vamos en dirección a la provincia de Barcelona. La primera parada del día es en uno de los Pueblos con Encanto, Rupit, con su coqueto caserío de piedra en mitad del Collsacabra, un paisaje natural de montañas con vertiginosos riscos, arroyos y cascadas. En la oficina de turismo de Rupit contratamos una visita para que nos cuenten la historia de esta localidad crecida al amparo de una enorme roca donde un día hubo un castillo.
La capital del río Ter
La carretera entre Rupit y Manlleu cruza el Collsacabra, nos desviamos apenas diez kilómetros para llegar hasta Tavertet y hacer una sencilla excursión que nos permite tener espectaculares vistas de los riscos que toman el nombre del pueblo y del pantano de Sau, un embalse del río Ter, al pie de la sierra de las Guilleries, rodeado de bosques de pinos exóticos y abetos. Ya en Manlleu, ciudad marcada por el río Ter tanto a nivel de orografía como de pasado industrial, asistimos a una interesante visita teatralizada. Assumpta, uno de los “Espíritus del Ter”, nos cuenta la importancia que tuvieron las colonias industriales que se establecieron a lo largo del río para el desarrollo de Catalunya, principalmente relacionadas con los trabajos de transformación del algodón en hilo para servir a las industrias textiles.
Embutidos de Vic
Nuestra siguiente parada es Vic. Su Plaza Mayor es una de las más emblemáticas de las comarcas catalanas, una monumental plaza porticada que siempre está más animada durante la celebración del mercado semanal. Tras la visita guiada a la ciudad, en la que vemos un destacado Templo Romano, la Catedral y las calles que formaron parte de la judería, entramos en un centenario secadero para probar los famosos embutidos de Vic, la llonganissa y el fuet. Dedicamos la tarde a conocer las leyendas de brujas y bandoleros en el Espai Montseny de Viladrau, un centro de interpretación sobre el Parque Natural de El Montseny, y a hacer senderismo por una ruta circular que recorre el corazón del macizo. En esta Reserva de la Biosfera se suceden los paisajes con bosques de hayas, abetos y robles; podemos encontrar secuoyas como las de Can Casades, o ver la vegetación de ribera junto a los ríos que cruzan el parque. Las vistas que se tienen desde cualquiera de las emblemáticas cimas del Montseny merecen suficientemente la pena como para plantearse su ascenso si se dispone del tiempo necesario. Sin duda, hay que regresar en otoño cuando las hojas forman un precioso tapiz en el sotobosque y Viladrau celebra la Feria de la Castaña.














