TRAMO 5: Del surrealismo al modernismo

Etapa 7 – El mar de Barcelona
Barcelona
Visitamos los mercados y la cofradía de pescadores de Barcelona, proveedores de los excelentes productos frescos que sirven los restaurantes de la ciudad y que utilizaremos en un taller de cocina. El viaje acaba con un paseo en barco y un baño en el Mediterráneo.
Amanecer en la fachada marítima
Nuestro segundo día en Barcelona va a estar dedicado al mar y al producto de proximidad, sin faltar la visita a alguno de los mercados de la ciudad. Con 43 integrantes, la red de mercados de Barcelona es una de las más grandes del mundo. Salimos temprano para ver amanecer y hacer un poco de ejercicio por la fachada marítima de la ciudad. En apenas unos minutos de paseo vamos pasando de la Barceloneta, el barrio de las bodegas y bares de tapas, la ropa tendida y el sabor a rumba catalana, a la nueva arquitectura que se asoma a la orilla del mar, con algunos chiringuitos de interesante diseño cuya ubicación guardamos para visitar en otro momento.
Productos frescos en el mercado
Tenemos cita en el mercado, así que cogemos los capazos de artesanía de palma que habíamos comprado el día anterior en una de las tiendas del barrio del Born y nos disponemos a dejarnos asesorar por nuestro guía para comprar los productos más frescos, con los que prepararemos los platos en el taller de cocina. Tras dar buena cuenta de la paella de mariscos que cocinamos, y apuntar todos los pasos de la receta para triunfar en nuestro regreso a casa, nos dirigimos a la cofradía de pescadores para ver la llegada de las barcas de pesca y asistir a la subasta en la lonja. Resulta muy interesante ver cómo ha sobrevivido la actividad pesquera en una metrópoli tan grande, con una cofradía capaz de servir pescado fresco a la gran demanda de los restaurantes de la Barceloneta.
Un baño en el Mediterráneo
Acabamos el día como lo comenzamos, en el mar, pero esta vez a bordo de un catamarán para ver la puesta de sol. Poco después de salir de puerto despliegan las velas y silencian los motores. Tras un rato de navegación, sin perder de vista Barcelona, detienen la embarcación y nos invitan a darnos un baño en el Mediterráneo, invitación que no dudamos en aceptar. De vuelta a bordo nos han preparado un aperitivo con fruta de temporada y una copa de cava, con la que brindamos por un gran viaje mientras el sol se pone tras las montañas de Collserola.














