Ruta Icónica

En la preparación de un gran viaje, pocos momentos hay tan fascinantes como ir uniendo los puntos de un mapa para crear nuestra ruta.

Etapa 4 – En el Delta de l’Ebre

Etapa 4 – En el Delta de l’Ebre

De Cambrils a Deltebre. 63 km El encanto marinero y las hermosas calas de L’Ametlla de Mar nos reciben en Terres de l’Ebre. En el Delta, entre arrozales y ...

De Cambrils a Deltebre. 63 km

El encanto marinero y las hermosas calas de L’Ametlla de Mar nos reciben en Terres de l’Ebre. En el Delta, entre arrozales y humedales, observamos la fauna de uno de los espacios naturales más valiosos de la península.

Gastronomía de Terres de l’Ebre

Dejamos Tarragona temprano para llegar hasta las Terres de l’Ebre. Empezamos el día con la visita a L’Ametlla de Mar, localidad con algunas de las mejores y más variadas calas del litoral de Catalunya y que forma parte de la marca Barrios y Villas Marineras. En el puerto, que todavía conserva el encanto de los antiguos pueblos marineros, subimos a una embarcación en la que nos equipan con trajes de neopreno para nadar entre atunes rojos del Mediterráneo, enormes ejemplares con un peso superior a los doscientos kilos. La actividad finaliza con una degustación del producto. La gastronomía es uno de los grandes pilares de Terres de l’Ebre, otra buena alternativa al baño con los atunes es continuar hasta L’Ampolla para navegar por la bahía del Fangar, actividad que incluye la visita a las mejilloneras donde cultivan las preciadas ostras y los mejillones, unos productos frescos que dan a probar allí mismo acompañados de una copa de cava.

Delta de l’Ebre

La ruta sigue hasta el Delta de l’Ebre, uno de los ecosistemas más valiosos de la península, especialmente para las numerosas especies de aves que nidifican o que van de paso. Entramos en el Ecomuseo del Delta de l’Ebre, en Deltebre, para entender las particularidades y la relación del hombre con este singular paisaje. Desde uno de los miradores de este espacio natural, considerado Reserva de la Biosfera, tenemos magníficas vistas sobre el humedal y los campos de arroz de los que sale un producto que no falta en ninguna buena mesa del Delta. En el momento de la puesta de sol, una gran bandada de flamencos cruza el cielo en dirección a los dormideros donde pasarán la noche.