Ruta Icónica
En la preparación de un gran viaje, pocos momentos hay tan fascinantes como ir uniendo los puntos de un mapa para crear nuestra ruta.

Etapa 9 – Aventura en el río Noguera Pallaresa
De Vielha a Ripoll. 210 km
Tras hacer rafting en las aguas del río Noguera Pallaresa, visitamos La Seu d’Urgell, donde disfrutamos de un excelente queso, y los encantadores pueblos de piedra de La Cerdanya.
Rafting en la Noguera Pallaresa
Hemos llegado a Llavorsí. El día promete una buena dosis de emoción, estamos en una de las capitales catalanas del rafting junto con Sort, Rialp, Esterri d’Àneu y la Ribera de Cardós. Tenemos ante nosotros uno de los mejores ríos de aguas bravas de Europa, el río Noguera Pallaresa, y decidimos no desaprovechar la oportunidad de descenderlo. Enfundados en un neopreno, acompañados de un experto rafter, desembarcamos en Sort tras haber vivido una aventura trepidante. Si se busca un poco más de tranquilidad, en las Valls d’Àneu y en la Vall d’Àssua tenemos la opción de visitar un par de interesantes ecomuseos y la Casa del Oso Pardo de los Pirineos.
Pueblos de La Cerdanya
Ponemos rumbo a La Seu d’Urgell, donde después de pasar por la catedral de Santa María, la única íntegramente románica que se conserva en Catalunya, nos apetece degustar algunas especialidades locales, como los quesos de la D. O. P. de l’Alt Urgell i La Cerdanya, la única denominación de origen protegida de queso en Catalunya. De mano de sus productores conocemos cómo se elaboran y lo que es aún mejor, cómo saben. Por la tarde nos dedicamos a recorrer en coche algunos de los pequeños pueblos de piedra de La Cerdanya. Son lugares de toponimia breve y gran encanto, como Talló, Prullans, Pi, Bor, Riu, Alp o Urtx, que siempre han vivido bajo la mirada de las cumbres del Parque Natural Cadí-Moixeró. En la vertiente sur del parque, asomando sobre una corona de abetos y hayas, se erige el majestuoso Pedraforca, uno de los picos más emblemáticos de Catalunya. Entre Puigcerdà, localidad con un hermoso lago, y Figueres las carreteras transcurren al amparo de los Pirineos y nos dan buenas razones para hacer una parada: las fuentes del Llobregat y las colonias industriales en Castellar de n’Hug, la portada románica de Santa María de Ripoll o Castellfolit de la Roca, un pueblo sobre un vertiginoso risco.

























